lunes, 11 de abril de 2011

EDUCACIÓN Y POBREZA: nuestra prosperidad o nuestra ruina

Antes que un análisis, ni ligero ni profundo, es una suerte de protesta. De poner sobre el papel, procurando en orden, las ideas de un sentir que parece común. Cual clamor popular.

La pobreza y educación se torna cada vez un problema más crítico. Ya no tan solo resultado de “mal gobierno”; sino más bien se ha convertido, y estamos inmersos en tal, como un problema medular. Un problema que dificulta y en muchos casos impide el desarrollo integral del país, de la nación. Un problema que nos compete a todos, no sólo por ser quienes soportamos la crisis, sino porque aunque no lo fuésemos (esto quiere decir en menor medida) y mientras no formemos parte de la solución estamos no solo empeorando la situación de los ya perjudicados. Sino que además, (y esto es lo peor de todo) condenándonos a un estancamiento total. Salvan de este estancamiento pues los grupos de la gran burguesía que son en alguna medida partícipes en la generación de tales problemas. Ya que muchos en su farsa de planteamientos presentan a la tribuna planes con demagógicas soluciones, que no hacen más que instrumentar al pueblo, llevándolo a la miseria. Bloqueos económicos, injerencias, entre otros. O muchos que se lavan las manos luego de casi desaparecer naciones y regresaron a sentarse a la mesa pretendiendo nuevamente devorarla.

Volviendo al punto principal. Está en los gobiernos y en la sociedad civil resolver este problema. El poder político es el sumo responsable de emprender planes reales y efectivos de solución. La sociedad civil, responsable de la cooperación y participación plena y consciente en tales planes. Al margen de las ideologías y otros asuntos, un pleno ejemplo de esto es Cuba. Como luego de años de una dictadura fatal como fue la de Fulgencio Batista, supo, un pueblo tan golpeado, acabar por completo con el analfabetismo. Con lamentos y cruce de brazos a esperar que otros hagan por nosotros lo que nos corresponde como nación no conseguiremos absolutamente nada. Decidámonos a actuar.

Debemos aplicar las conclusiones de la Cumbre del Milenio, ubicadas en la Declaración del Milenio aprobada por la Asamblea General de la ONU, las cuales dictan medidas que cooperan al desarrollo de la educación y a la erradicación de la pobreza.

Urge al país una mejora sustancial en la administración de tal, para poner en marcha la empresa estatal, es decir la industria la agricultura, etc. Todo ello autogeneraría empleo, y tendríamos la primera fase de la eliminación de la pobreza. Obviamente dicha medida requiere de un plan estructurado por especialistas; en estas líneas solo se manifiesta la iniciativa que trata de recoger el sentir de la población y sus aspiraciones.

El Estado podría (debiese) iniciar capacitaciones de calidad y obligatorias para los profesionales de educación en primer término. Porque si se logra acceder a educación, es de  pésima calidad (educación publica en la mayoría de los casos). Así aquellos estarían en la posición eficiente de capacitar a otros y producir una cadena educativa que de esta forma alcance a los niños y jóvenes de nuestro país que son los necesitados de sapiencia.  De otra parte está, que se aumente considerablemente el presupuesto nacional para poder llevar  a cabo con éxito estas propuestas.  Otro punto que se necesita reajustar es el alcance del programa educativo. Es decir, ampliarlo para así poder cubrir las zonas rurales marginales, las que a su vez más requieren educación. La construcción de nuevas y mejores escuelas con infraestructuras funcionales es otra parte que se debe implementar; sin embargo también, la reforma o cumplimiento estricto del plan curricular educativo. Que refuerce y forme valores. Pero que no quede en un comercial de televisión con el que algunas empresas tratan se subsanar su responsabilidad social. Sino que mediante estos, se emprendan otras medidas resolutivas, ya de la mano de los jóvenes, niños y maestros. Y como fin, toda la sociedad civil en pleno,  para acabar con el malestar que nos aqueja a todos: el de la carencia de educación, el analfabetismo, la IGNORANCIA.